¿Te estás Autosaboteando?

Muchas queremos realizar cambios en nuestras vidas, tenemos metas y objetivos que queremos alcanzar, pero por alguna razón no siempre logramos alcanzar eso que nos proponemos. Podemos desearlo con todo nuestro ser, pero no logramos tomar acción o comenzamos y luego lo dejamos.  Las razones para que esto suceda pueden ser muchas, pero una de ellas puede ser por el autosabotaje.

Nadie quiere admitir que nos saboteamos a nosotras mismas, pero todas lo hacemos hasta cierto punto. Todas hemos hecho cosas que nos han desviado de un objetivo que se está tratando de lograr o un comportamiento que se quiere cambiar. Pero también hay personas que no están conscientes de esto.

Cuando no somos conscientes de nuestros comportamientos o pensamientos de autosabotaje, la vida puede parecer imposible. Sentimos que todo nos sale mal y hasta dudamos de nuestras capacidades para realizar cambios fundamentales o trabajar por nuestras metas. Puede parecer que nunca alcanzaremos las metas que queremos o viviremos el tipo de vida que queremos tener. 

Por esto es importante entender qué es el autosabotaje, poder identificar si te estás saboteando y aprender como dejar de hacerlo. 

Vamos primero a definir el término autosabotaje.

¿Qué es el autosabotaje?

El autosabotaje es cuando las personas hacen (o no hacen) cosas que bloquean su éxito o les impiden lograr sus objetivos. Puede ocurrir consciente o inconscientemente. Pueden ser comportamientos o pensamientos que afectan el éxito personal y profesional, así como el bienestar. 

Existen muchos motivadores internos y externos que pueden llevar a una persona a crear obstáculos, a menudo como una forma de evasión. A continuación te mencionaré 5 ejemplos comunes de autosabotaje. 

Tipos de Autosabotaje:

  1. Procrastinación

Procrastinar es retrasar o posponer las cosas. Procrastinas cuando postergas el momento de inicio de una actividad, reemplazándolas por otras menos significativas o más sencillas y atractivas de hacer. Ver el capítulo de tu serie suena mejor que hacer ese proyecto que te toma tiempo y te da trabajo. Pero el problema es que después te lamentas, “¿Por qué vi 5 capítulos de la serie, ahora estoy atrasada?”


2. Perfeccionismo

¡Bendito perfeccionismo! Esforzarse por ser perfecto puede sonar como algo bueno, pero a menudo se interpone en el camino de ser efectiva. Los perfeccionistas a menudo tienen dificultades para comenzar proyectos, y cuando comienzan, la obsesión con los detalles les impide terminar.


3. Autocrítica

El diálogo interno negativo y la autocrítica pueden afectar nuestras acciones y evitar que alcancemos nuestras metas. ¡Qué duras somos con nosotras mismas! Con frecuencia es automático, pasa por nuestra mente sin control como una reacción instantánea hacia nosotras mismas. Escuchar autocríticas es una forma de autosabotaje porque hacerlo nos impide creer que tenemos lo necesario para lograr nuestras metas o enfrentar las situaciones que se nos presenta. Además, que afectamos nuestras emociones y ánimo.


4. Resistencia al cambio

Resistirse al cambio normalmente se reduce a una cosa: miedo. En concreto, el miedo a lo desconocido. Incluso con la mayor cantidad de información posible, hay cosas que no podemos predecir y da miedo. El miedo a lo desconocido nos mantiene en nuestra zona de confort. Esto lleva a aferrarse a viejos hábitos, poner excusas (como estar demasiado ocupada), establecer metas sin tomar las medidas adecuadas para cumplirlas o evitar el establecimiento de metas por completo. La resistencia al cambio puede impedir que las personas asuman riesgos saludables o prueben cosas nuevas que podrían conducir al crecimiento.

5. No priorizar 

No conocer cuáles son tus prioridades es autosabotearte, es como en la ley: “La falta de conocimiento no te exime de culpa.” El sabotaje es mayor cuando conoces cuáles son tus prioridades y las dejas a un lado por otras cosas que no son importantes o porque le das más importancia a las prioridades de los demás. 


Estos tipos de autosabotaje no son los únicos, pero son muy usuales y puede que te identifiques con uno, varios o todos ellos. La buena noticia es que el autosabotaje no es una parte estática de tu carácter, ni define quién eres, ni borra tus fortalezas y talentos; por lo tanto, es posible reemplazar el autosabotaje con progreso. 


El autosabotaje se vuelve especialmente problemático cuando el comportamiento se convierte en un hábito, hecho tan automáticamente que ni siquiera te das cuenta completamente de que lo estás haciendo o que está conduciendo directamente a consecuencias negativas.

Recomendaciones para dejar de autosabotearte:

  1. Aumenta tu autoconciencia

La autoconciencia es tu capacidad para percibir y comprender las cosas que te hacen ser quien eres como persona, incluida tu personalidad, acciones, valores, creencias, emociones y pensamientos. Conoce tus fortalezas, todas tenemos fortalezas que una vez identificadas pueden ayudarnos. No le tengas miedos a tus debilidades porque en ellas hay oportunidad de crecimiento. Utiliza tus fortalezas para combatir tus autosabotajes y busca cómo contrarrestar tus debilidades. 

2. Examina las causas de tu autosabotaje

Dedica tiempo para comprender tu propio autosabotaje. En que te estás autosaboteando y por qué. Para poder hacerlo Escribe en un diario patrones de pensamientos y comportamientos que hacen que no puedas cumplir lo que te propones. Para ayudarte a comenzar a reflexionar puedes completar la siguiente oración:

“Quiero lograr (meta), pero sigo haciendo (comportamiento)”.

Si es un pensamiento, escribe:

“Quiero lograr (meta), pero mi pensamiento es (pensamiento)”. 

Una vez que hayas identificado el objetivo y el comportamiento o pensamiento que te está “bloqueando”, puedes comenzar a comprender que está sucediendo y buscar soluciones específicas. Puedes volverte más intencional sobre dónde necesita hacer cambios.

3. Sé comprensiva contigo misma

Somos nuestras mayores críticas y esto es un factor significativo del autosabotaje. Desarrolla una actitud gentil y de aceptación hacia ti misma al reconocer tus emociones y aceptar los errores del pasado como parte de la experiencia humana. Sé consciente de lo que te estás diciendo a ti misma. Solo el acto de detener y reconocer los pensamientos negativos, por lo que son, es el primer paso para resolver el problema. Pregúntate a ti misma, ¿le hablarías así a otra persona?


Estas son tres recomendaciones que pueden ayudarte a estar consciente de tus hábitos de autosabotaje y comenzar a transformarlos. Pero es importante que sepas que hay personas que pueden encontrarse por mucho tiempo en un ciclo de creencias y comportamientos de autosabotaje para las cuales es necesario trabajar con un profesional de la salud mental. Si crees que es tu caso, no esperes más para buscar ayuda. 

Anterior
Anterior

Desaprender para aprender

Siguiente
Siguiente

Micro Hábitos: tus aliados para alcanzar tus metas